Casa Juanón

        Creo que nunca había hecho una crítica gastronómica, pero siempre hay una primera vez, y más aún cuando el local lo merece sobradamente.

        Estoy pasando este puente entierras castellanas, al pie de la montaña palentina y aquí, además de pasar frío y poder disfrutar del románico a cada paso, se come muy, pero que muy bien.

        Así ha sido esta noche, en la que he visitado por primera vez, pero segurísimo que no será la última, Casa Juanón. Como no podía ser de otra manera, estando yo envuelta en la excursión, ésta no ha sido sencilla. Así, durante todo el camino de ida, por una ¿carretera? sin ningún tipo de iluminación, arcén o asfaltado medianamente decente según los tramos, hemos circulado bajo una tromba de agua bastante considerable. Tan  despacito teniamos que ir para no dar con nuestros huesos en la cuneta que a mi hermana (copiloto) y a mi (piloto) nos ha dado tiempo a ir comentando que la forma en la que caía la lluvia parecía un fotograma de La guerra de las Galaxias, justo en el momento en el que el Halcón Milenario alcanza la velocidad de la luz. Parece que noy la única friki en mi familia… El caso es que hemos tardado casi una hora en hacer unos 35 kilómetros, pero realmente ha merecido la pena.

        El local no es muy grande, pero sí acogedor, y el personal es atento y muy agradable, cosa de agradecer en los tiempos que corren, en los que a veces parece que las sonrisas se descuentan del sueldo. Y esta ha sido mi experiencia: el vino de la casa es más que aceptable (y lo dice una persona que de enóloga tiene lo mismo que de modelo de pasarela), la ensalada cumplisídima, las croquetas impresionantes, las rabas se deshacían en la boca, lo de la ventresca era pecado seguro y la sopa seca merece la canonización directa. La tarta de queso sobre chocolate líquido ha sido un descubrimiento. Me he quedado con ganas de probar la carne (la «ración» es un kg., perfectamente troceado y con piedra caliente en la mesa para hacérselo cada comensal al gusto), pero nos ha parecido que lo de la gula ha de tener un límite. Así tengo excusa para volver (aunque realmente no la necesito). De lo mejor: éramos 5 personas y hemos salido a 12€ por cabeza.

        En fin, que recomiendo encarecidamente la visita, pero también recomiendo reservar antes para llevarse evitarse una sorpresa de las malas, sobre todo cuando el camino para llegar no es precisamente cómodo (eso sí, a la vuelta no llovía y hemos tardado poco más de media hora).

        Mañana más. Y encima, por carretera de montaña…