Cantos de sirena (o más bien de Drag)

La “experiencia” (porque no fue una simple cena) merece un 15 sobre 10. Ya no es que la comida estuviera impresionante (menudos platos), el postre divertidísimo (lo que se puede hacer con bizcocho helado y nata!!) o que el vino entrase como el agua, sino que el ambiente era inmejorable.

La verdad es que el 70% de la gente que había allí eramos mujeres (coincidimos con las “sanfermineras” ^^), y los hombres se repartían entre un cumpleaños familiar, un cumpleaños doble y una despedida conjunta. Sobre esto diré que:

–         Yo no celebraría mi cumpleaños con mis padres allí.

–         Para ser tantos chicos los del cumpleaños, no dieron nada de guerra (incomprensible).

–         Si algún día me caso, JAMÁS celebraré la despedida de soltera con mi novio. Y menos aún llevando camisetas con una foto de los dos.

No puedo reproducir las conversaciones (me cerrarían el blog ^o^), pero sí debo decir que la novia estaba más “suelta” de lo que ninguna la habíamos visto nunca. ¡Ole! Lo que si puedo hacer es una mención especial a los camareros, porque seguro que eran virtuales. Madre mía…

Una vez que hubieran terminado todas las cenas, hubiéramos descorchado el cava y las copas empezasen a llegar en número indecente a las mesas, comenzó el plato fuerte: el espectáculo. Se apagaron las luces y a ritmo de “Cabaret”, el maitre/drag dio el pistoletazo de salida (Nota mental: ¿cómo hacía para moverse con semejantes taconazos como si fuera en zapatillas?), y demostró, además, tener unas dotes de showman/girl? impresionantes. Después de pasar por todas las mesas y darnos a todos la bienvenida a golpe de chascarrillo, dio paso al primer stripper de la noche. Qué sensación cuando vimos que era como el primo de… Torrente. :S Gracioso, sí; currado, también; antimorbo, TOTAL. El caso es que después del descanso vino la sorpresa: el concurso de gemidos. La dinámica era la siguiente: los cuatro voluntarios (dos chicos y dos chicas) por turnos debían tumbarse en un colchón, taparse con una sábana y gemir lo mejor que supieran. ¿Recordáis ese momento de “La sirenita” cuando canta la gaviota y Eric dice algo sobre que a ese animal le estaban torturando? Pues igual. Épico.

Tras esto, sacaron a nuestra novia para que nuestra maestra de ceremonias la hiciera pasar vergüenza pública entregándole un regalo de nuestra parte (qué grande el muñeco exhibicionista!) y, por fin, llegaron los stripteases “serios”. Primero una chica, que “la tomó” con el novio de la despedida mixta durante más de una canción. La novia se lo tomó bastante bien, a pesar de que en un momento dado, un ojo de su chico mirase a la stripper y el otro se mantuviese fijo hacia su propia entrepierna, atento a descubrir cualquier atisbo de que se fuera a desatar la hecatombe. Luego vino el chico, una suerte de George Michael latino, que mientras se desnudaba y bailaba a ritmo de ¿Ismael Serrano?, repartió sus encantos entre varias de las asistentes, incluida la conejita de playboy (frase de la drag: Aiss! Cuando te sacó pensé que tenías al niño allí mismo!). De nuevo con Liza de fondo, nuestra maitre favorita se despide de un público completamente entregado mientras se quita el maquillaje y la peluca, mostrándonos “su cara” y nosotras nos declaramos fans suyas hasta el fin de los tiempos. Un fin de fiesta tremendo.

Al salir del restaurante, completamente ajenas a lo que aún nos esperaba, descubrimos con sorpresa que es hora y media más tarde de lo que habíamos calculado en  nuestro “planning” y nos hemos quedado sin sitio donde dormir, de modo que, ni cortas ni perezosas, decidimos celebrarlo…

(sólo queda el desenlace 😉 )

4 comentarios en “Cantos de sirena (o más bien de Drag)

  1. Guau [nunca sé cómo escribir esta interjección], ¡qué divertido! No veas cómo me lo estaba pasando mientras lo leía… ¡a la próxima me apunto yo! (¡Qué va a ser de mí cuando todas mis amigas se casen –…si eso– y yo no pueda ir a sus despedidas!)Besetes y, nada, aquí… esperando el desenlace. :-)Álex

  2. Eso de "ya decía yo que tienes el alma castellana" de tu respuesta a mi comentario en la pasada entrada, es de lo más bonito que alguien me ha dicho nunca. Ojalá fuera cierto.Snif, snif, a lo mejor es que tengo el día tonto, pero es que me ha \’emocionao\’, jo… (léase la última frase con la voz de "Cálico Electrónico" para reforzar el efecto cómico)Por cierto, al \’drag queen\’ del restaurante de Pucela lo conozco… de haberle leído varias veces en un \’blog\’ cuyo nombre no recuerdo… Pero será que lo de los \’drag\’ es cosa de la ciudad, porque Deborah Ombres (MTV y fugaz paso por CQC) también es "una señorita de Valladolid". Como Concha Velasco… o como Aída (ejem, dejémoslo, ¿vale?)Besos.P.S.: La lista de conspicuos pucelanos "serios" es mucho más ilustre y más larga (empezando por Miguel Delibes). Por cierto, Aznar nació en Madrid y se crió en Valladolid, mientras que Zapatero nació en Valladolid y se crió en León (siempre existe confusión con respecto a esto).

  3. Mmmmm, no sé, mis amigos se mueren por ir a despedidas…. Yo más bien creo que nos toman el pelo. Total, ver un desnudo integral de una "señorita" ¿es lo mejor que le puedes ofrecer a quien se va a casar? No sé, no sé….

  4. vaya, esta bien que las mujeres os copieis de los hombres, especialmente en esas cosas tan de buen rollito…aunque yo ya estuve en 4 despedidas no tan curradas, pero igualmente … un poquito patéticas

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